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EL EXTRAÑO MESON


Los físicos del experimento Belle del KEK laboratory en Japón descubrieron un curioso mesón bautizado Z (4430). Según algunos, se trataría de una partícula compuesta de cuatro quarks. Tal cosa parece imposible o casi en el marco de la teoría de la cromodinámica cuántica.
Desde su introducción en el mundo de la física de las partículas al principio de los años 1960 por Gell-Mann, Ne'eman y Zweig, los quarks no han dejado de intrigar a los físicos por su comportamiento anormal respecto al de otras partículas elementales. Sin embargo, la teoría de las interacciones fuertes que dominaban el mundo de los hadrones construida con ellos, se mostró particularmente perfecta para describir experimentos en los aceleradores.
No obstante, las ecuaciones de la QCD (cromodinámica cuántica) que describen los intercambios de gluones entre los quarks, y son responsables de la estructura compuesta de los protones y de los neutrones, son notoriamente difíciles de resolver a causa de su estructura no lineal. Lo que hace que no siempre se comprenda muy bien por qué los quarks quedan confinados en los hadrones, aunque se ha progresado mucho desde finales de los años 1960, es casi siempre imposible predecir la masa de los protones y de los neutrones sin utilizar ordenadores.
A pesar de todo, la teoría implica de modo bastante sólido que los quarks pueden unirse sólo por pares de partícula-antiparticula, para formar mesones, y por tres para formar bariones.
Fué pues con una cierta sorpresa que los experimentadores ocupados en analizar los productos de las reacciones de colisiones entre electrones y positrones, con el experimento BaBar del Stanford Linear Accelerator Center y Belle en el KEK Laboratory, descubrieron importantes indicadores de la presencia de mesones constituidos por cuatro quarks.
¿Un estado excitado del charmonium?
De buenas a primeras, esto no parecía la explicación más plausible. En efecto, los mesones, como los bariones, siendo compuestos a ejemplo de los átomos, poseen niveles de energía y pueden encontrarse en un estado excitado. La primera hipótesis presentada era pues que precisamente en presencia de este fenómeno con un mesón en estado de reposo y llamado aún charmonium porque está compuesto por un quark en reposo y por un antiquark en reposos (el reposo designa un estado cuántico análogo al espín para este tipo de quark), lo encontramos justamente en estado de desintegración de uno de los mesones inestables que podían interpretarse como constituido por 4 quarks.
No todos los físicos están todavía convencidos y algunos piensan que son necesarios aún nuevos experimentos. En efecto, si la existencia de un mesón con cuatro quarks se confirmara, habría que reexaminar las ecuaciones de la QCD, si no la teoría de las interacciones nucleares fuertes en si misma.

CLASICA Y CUANTICA


“La comunidad física está en su mayor parte dividida en dos grupos”, dijo Johannes Kofler a PhysOrg.com. “Un grupo cree que la teoría cuántica subyace bajo el mundo clásico, y que la física clásica proviene de la cuántica. El otro grupo cree que la física cuántica tiene que cambiarse. Este prohíbe que la mecánica cuántica funcione a nivel macroscópico en el mundo clásico postulando leyes adicionales”.
Kofler pertenece al primer grupo. Él y Caslav Brukner, ambos de la Universidad de Viena y el Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica (IQOQI) de la Academia Austriaca de Ciencias, han desarrollado una novedosa aproximación teórica a la comprensión de la transición entre la física cuántica y la clásica.
Su trabajo ha sido publicado en Physical Review Letters bajo el título, “Classical World Arising out of Quantum Physics under the Restriction of Coarse-Grained Measurements (El mundo clásico surgiendo a partir de la física cuántica bajo la restricción de medidas de grano grueso)”.
“Nuestra motivación es comprender cómo el mundo clásico surge de la física cuántica”, dijo Kofler. “La aproximación establecida en la investigación es la decoherencia donde se tiene que tener en cuenta la complejidad de los sistemas e interacciones con el entorno”. Es esta interacción con el entorno lo que hace entrar en juego a la decoherencia, destruyendo la coherencia cuántica y haciendo imposible observar los fenómenos cuánticos. “Creemos haber encontrado un proceso complementario a la decoherencia que explica la transición de la cuántica a la clásica”.
En lugar de referirse al entorno de un sistema, o incluso al cambio de las leyes cuánticas, Kofler y Brukner crearon un marco de trabajo teórico que hace hincapié en el uso de aparatos de medida. Es su precisión restringida lo que limita la observabilidad de los fenómenos cuánticos.
“Usamos un espín giratorio como sistema modelo”, expuso Kofler vía correo electrónico. “Existe una condición que todas las teorías clásicas deben obedecer, llamada desigualdad de Leggett-Garg, pero la cual puede violarse en la mecánica cuántica”.
Kofler y Brukner demostraron que la evolución temporal de un sistema cuántico, no importa lo macroscópico que sea el sistema, no puede ser tratado en sentido clásico. “Simplemente porque algo sea grande no significa que pueda ser descrito por la física clásica”. Entonces, volviendo al caso del espín, continúa: “Espines arbitrariamente grandes pueden tener una evolución temporal cuántica y violar la desigualdad de Leggett-Garg”.
Luego los dos realizaron medidas de grano grueso que se usan en condiciones reales, tales como las situaciones a las que nos enfrentamos a diario, a la que normalmente está limitada la resolución de los aparatos. “Si te limitas a ti mismo a medidas de graso grueso del espín”, explica Kofler, “lo que obtienes son las leyes de movimiento clásico Newtoniano”.
“Empieza con un sistema de espín de tamaño macroscópico y la ecuación de Schrödinger que produce la evolución cuántica en el tiempo. Restringe la precisión de tus medidas y verás como surge la física Newtoniana”. Kofler explica que las medidas en la mecánica cuántica cambian generalmente el sistema. “Pero bajo nuestras medidas gruesas este cambio es tal que es posible una descripción clásica”.
Kofler admite que por ahora este trabajo no está completo. “Es de recibo decir que el surgimiento de la física clásica a partir de la teoría cuántica aún no ha sido conseguida por nadie”, dijo.
Pero él y Brukner siguen siendo optimistas de que en algún momento serán capaces de tener una comprensión completa de cómo nuestro mundo clásico bien conocido surge a partir del extraño mundo de la física cuántica.

BUCLE DE TIEMPO


Un físico del Technion (el Instituto Tecnológico de Israel) ha desarrollado un modelo teórico de una máquina del tiempo que podría permitir a las futuras generaciones viajar al pasado. En su estudio, el célebre teórico del viaje en el tiempo Amos Ori, profesor de la Facultad de Física, proporciona soluciones prácticas para diversas cuestiones que han sido vistas durante mucho tiempo por otros expertos como obstáculos para la realización de ese legendario viaje.
La teoría de Ori es concretamente un conjunto de ecuaciones matemáticas que describen las condiciones hipotéticas, definibles básicamente como "curvas cerradas en el tiempo" que, si son establecidas, podrían llevar a la formación de una máquina del tiempo.
Hipótesis anteriores sobre el viaje en el tiempo están bien fundamentadas en la teoría General de la Relatividad de Einstein. El famoso físico Stephen Hawking ha llamado al viaje en el tiempo "un tema importante para la investigación", pero también ha propuesto algunos de los más fuertes desafíos al concepto. La Relatividad General establece, entre otras cosas, que la atracción gravitatoria de grandes objetos, entre ellos los planetas, realmente puede curvar el tiempo y el espacio. La investigación sobre el viaje en el tiempo está basada en curvar el espacio-tiempo para que la línea del tiempo se curve sobre sí misma hasta formar un bucle.
Sabemos que una cierta curvatura está siempre presente, pero el concepto de la máquina del tiempo es hacer que sea lo bastante fuerte y que tome la forma precisa para que las líneas del tiempo formen bucles cerrados.
El bucle de tiempo tomaría la forma de un vacío en forma de anillo, dentro del cual el tiempo se curvaría hacia atrás sobre sí mismo, con lo que una persona que viajase alrededor del bucle podría remontarse más atrás en el tiempo con cada vuelta. Una esfera conteniendo materia, concretamente polvo, envolvería a su vez al bucle.
Aunque la posibilidad del viaje en el tiempo nunca se ha eliminado, los científicos han identificado varios desafíos físicos.
Ori dirige su atención a la posibilidad de que las condiciones iniciales formen un punto en el que reine un campo gravitatorio infinito, que nadie podría atravesar (en lugar de crear un bucle para el viaje en el tiempo). Su sistema impediría que tal cosa ocurriera. "El núcleo interno está matemáticamente protegido", afirma Ori "y es fácil demostrar que ninguna irregularidad podría penetrar en él".
Ori admite que persisten serias dudas sobre la estabilidad global de una máquina del tiempo. Sus propios cálculos, hechos en colaboración con Dana Levanony, y los de otros físicos, sugieren que la evolución de una máquina del tiempo dependería de un abanico muy estrecho de condiciones iniciales, que podrían ser difíciles, o incluso imposibles, de lograr. También está trabajando para demostrar matemáticamente las formas en que podría lograrse tal configuración.
"Si se lograran las condiciones iniciales apropiadas, la máquina de tiempo evolucionaría por sí misma, sin necesidad de ninguna intervención adicional", explica Ori. "Ello puede compararse a disparar hacia un barco con un cañón. Una vez que el cañón se apunta del modo apropiado y se dispara, la bala de cañón acaba impactando contra el barco, guiada tan sólo por las leyes de la física".
"La máquina es espacio-tiempo en sí misma", apunta Ori. Según él, si lográsemos crear en un área del espacio una distorsión del tiempo de las características descritas, o sea permitiendo a las líneas del tiempo cerrarse sobre sí mismas, podríamos posibilitar a generaciones futuras viajar hacia atrás en el tiempo, pero no más atrás de la fecha de activación de la máquina. No sería posible retroceder más, porque se requiere que en el punto de destino del pasado la máquina ya haya sido construida.

EL KILOGRAMO


¿Una Mejor Definición del Kilogramo?

Dos profesores estadounidenses, concretamente un físico y un matemático, dicen que es el momento de definir el kilogramo de una forma nueva y más exacta. Han lanzado una campaña dirigida a redefinir el kilogramo como la masa de un número muy grande, pero especificado con precisión, de átomos de carbono-12.
Menéame

Resulta que hoy en día nadie puede definir el kilogramo con seguridad, al menos no de un modo que no cambie con el paso del tiempo. El kilogramo oficial, un cilindro hecho hace 118 años, de platino e iridio, ha estado perdiendo masa, aproximadamente 50 microgramos en la última comprobación. El cambio está ocurriendo a pesar de su cuidadoso almacenamiento en unas instalaciones especiales cerca de París.

Esa alteración no es aceptable para un estándar del que depende el mundo para definir la masa.

Ahora, Ronald F. Fox (de la Escuela de Física del Instituto Tecnológico de Georgia) y Theodore P. Hill (de la Escuela de Matemáticas del Tecnológico de Georgia) afirman que ya es tiempo de redefinir el kilogramo de una forma que garantice un patrón inmutable, que sea el mismo hoy, mañana, o dentro de 118 años.

Este estándar que proponen eliminaría la necesidad de un objeto físico para definir qué es un kilogramo.

Hay por lo menos otras dos propuestas para redefinir el kilogramo, y están en discusión. Éstas incluyen reemplazar el cilindro de platino-iridio por una esfera de átomos de silicio puro, y otra emplear un dispositivo conocido como "balanza de Watt" para definir el kilogramo utilizando la energía electromagnética. Las dos ofrecerían una mejora sobre el estándar existente pero no son tan simples como el estándar que Fox y Hill han propuesto, ni tan exactas, según ellos.

Con la nueva definición propuesta por Fox y Hill se alcanzarían, según dicen, los mismos niveles de estabilidad que en las definiciones del segundo y la velocidad de la luz.

PREMIO NOBEL DE FISICA


El Premio Nobel de Física premia la tecnología que ha permitido reducir el tamaño de los discos duros
El francés Albert Fert y el alemán Peter Grunberg ganaron el premio Nobel de Física 2007 por su descubrimiento de una tecnología reciente que permite leer la información almacenada en los discos duros, anunció este martes el comité Nobel.
El descubrimiento de esta tecnología, llamada magnetoresistencia gigante (GMR), "revolucionó las técnicas que permiten la lectura de la información almacenada en un disco duro", indicó el comité en un comunicado. La GMR puede "ser considerada una de las primeras aplicaciones reales del prometedor campo de la nanotecnología", dijo la Real Academia Sueca de las Ciencias. Este ámbito de investigación en nanociencias está en plena expansión.
La GMR tiene un impacto muy importante en las tecnologías de la información y de la comunicación. Ha permitido, en particular, elaborar los cabezales de lectura que equipan hoy en día todos los discos duros.
Los dos premiados descubrieron la GMR en 1988, durante trabajo realizados de manera separada. Fert y Gruenberg descubrieron que breves cambios magnéticos en un sistema de GMR conducían a enormes diferencias en resistencia eléctrica. Por su parte, estas diferencias provocan cambios en la corriente del cabezal de lectura que escanea un disco duro para detectar los unos y los ceros en que se almacena la información. Como resultado, el cabezal puede leer áreas magnéticas menores y más débiles, y esta sensibilidad permite que la información se almacene con mayor densidad en el disco duro.
Abert Fret, de 69 años, nacido en Carcassone (sur de Francia) es director científico de la Unidad Mixta de Física del Centro Nacional de Investigación Científica Thales desde 1995. Peter Grünberg, de 68 años, es profesor en el Instituto Forschungszentrum Julich, en Alemania.
El año pasado, dos estadounidenses, John Mather y George Smoot, habían compartido el premio por sus trabajos sobre las radiaciones cósmicas, que respaldan la teoría del Bing Bang para explicar el origen del universo.
El Nobel de Física es el segundo premio atribuido esta semana. El de Medicina abrió la semana de los Nobel el lunes, recompensando a dos investigadores estadounidenses, Mario Capecchi y Oliver Smithies y a un británico, Martin Evans, por el trabajo de creación de ratones transgénicos que abrió un nuevo horizonte a la investigación de enfermedades como el Alzheimer o el cáncer

CEREBRO Y AUTOCONTROL


Localizan en el cerebro de los médicos el autocontrol ante el dolor de sus pacientes
El estudio ha sido conducido por Jean Decety, Profesor de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Chicago, y Yawei Cheng del Instituto de Neurociencia, Universidad Nacional Yang-Ming en Taipei, Taiwan, y sus colegas.

Dado que los doctores y personal sanitario análogo ocasionalmente tienen, como parte de la terapia, que realizar actos que causan dolor físico a sus pacientes, es crucial que sean capaces de mantener su autodominio, sin dejarse influir emocionalmente por quejidos u otras manifestaciones de dolor. Sólo conservando la cabeza fría, se aseguran de cumplir su tarea con la máxima eficacia, alejando la posibilidad de cometer un error por estar nerviosos ante el sufrimiento de su paciente. Mediante el entrenamiento y la acumulación de experiencia, aprenden a lograr evadirse de esas emociones.

Investigaciones anteriores, incluyendo una realizada en el laboratorio de Decety, mostraron que el circuito neural que registra el dolor se activa al ver a una persona experimentando dolor. Esta respuesta es automática, y puede reflejar la reacción de pánico desarrollada evolutivamente ante señales de peligro, como ver a alguien sufriendo una situación negativa que acaso también podría alcanzarnos a nosotros.

La investigación de Decety y el equipo taiwanés muestra que las personas podemos aprender a controlar esa respuesta automática.

El equipo realizó su investigación en Taiwan con dos grupos homogéneos de hombres y mujeres con una edad promedio de 35 años y niveles socioeconómicos y educativos similares (un grupo de 14 médicos y otro de 14 personas de otras profesiones, sin experiencia en acupuntura). El examen se basó en MRI funcional.

Las respuestas cerebrales fueron registradas mientras los individuos de ambos grupos observaban breves videoclips. En algunos de ellos, se mostraba a personas siendo sometidas a prácticas de acupuntura, con agujas en regiones de la boca, manos, y pies. En otros videoclips, aparecían pacientes siendo tocados con bastoncillos de algodón. Las imágenes se mostraban por orden aleatorio.

En el grupo de control, el escaneo reveló que el circuito del dolor se activaba ante los videos de la primera clase, pero no al ver los de la segunda.

Los médicos, en cambio, no registraron en ningún momento tal incremento en la actividad de la región cerebral relacionada con el dolor, sin importar si los videoclips eran de un tipo o del otro. Además, también a diferencia del grupo de control, registraron un incremento en la actividad de ciertas áreas frontales del cerebro, que constituyen el circuito neuronal relacionado con la regulación de las emociones y el control cognitivo.

NUEVA ESPECIE DE SIMIO


Arqueólogos norteamericanos han descubierto la antigua mandíbula de lo que sería una nueva especie de simio muy cercana al último ancestro común de gorilas, chimpancés y seres humanos, reveló un estudio divulgado esta semana, que cuestiona una de las teorías vigentes sobre la evolución de los primates.

El fósil, de diez millones de años de antigüedad y completo, con 11 dientes, fue hallado en 2005 en unos depósitos de barro volcánico de la región Nakali, en Kenia, al este del valle de Rift, por un equipo de investigadores japoneses y kenianos. Éstos afirman que llena lo que hasta hace poco era una especie de vacío en el registro de fósiles.

Estudios genéticos sugieren que los humanos y los grandes simios evolucionaron por separado a partir de un ancestro común, hace unos ocho millones de años, pero los paleontólogos han luchado por encontrar fósiles de los ancestros de los grandes simios del Africa moderna de los últimos 13 millones de años.

Sin embargo, científicos han encontrado mucha evidencia de fósiles de grandes simios en Europa y Asia en ese periodo, y también observaron algunas similitudes entre algunos de esos simios y los simios africanos contemporáneos.

Eso llevó a algunos paleontólogos a especular con que el ancestro común de simios y humanos había abandonado Africa y evolucionado en varias especies diferentes, y que una de esas especies volvió luego al continente para convertirse en el eslabón faltante entre el hombre y sus parientes primates más cercanos.
Pero esta nueva evidencia parece debilitar esa teoría, y no es la única.

Además de esta nueva especie keniana de simio antiguo (apodado Nakalipithecus nakayamai), recientemente surgió evidencia de otro antiguo simio africano.
En agosto, un equipo de paleontólogos japoneses y etíopes anunció que había descubierto en 2006 y 2007 fósiles de dientes de 10 millones de años de antigüedad, en la región Afar de Etiopía. Los científicos indicaron que los dientes probablemente pertenecían a una especie "proto-gorila", que bautizaron Chororapithecus abyssinicus.

Antes de esto, la última vez que un fósil homínido de este periodo fue encontrado en Africa fue en Kenia, en 1982.

La evidencia de que Africa fue el hogar de varios ancestros de los simios en la mitad y el final del periodo mioceno arroja dudas sobre la teoría de que los ancestros de los simios africanos contemporáneos se extinguieron completamente en el continente y fueron luego reintroducidos desde Europa o Asia, indican los autores en las Actas (Proceedings) de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Y aunque serán necesarios más hallazgos de fósiles para desarrollar el árbol genealógico de los simios africanos modernos, "es probable que estos homínidos africanos del periodo mioceno tardío sean más o menos cercanos al último ancestro común de los grandes simios africanos y los humanos", concluyeron los autores.